El libro

La vida de Isa es como la vida de cualquiera. Una vida de familia, amigos, trabajo, desencuentros, amor… Una vida llena de historias pequeñas.

«Los días también suelen ser normales. Pero a veces solo lo parecen. De hecho, a veces parecen todos iguales, pero no lo son. Solo hay que estar un poco atento para captar las sutiles diferencias entre unos y otros. Pequeños detalles que marcan la diferencia entre un día normal y otro extraordinario, entre la alegría y la felicidad, entre el aburrimiento de la rutina y el encanto de la rutina»

Pero, además, Isa vive en Zaragoza, y Zaragoza es azar: actúa siempre que puede, a veces con sabiduría, a veces con torpeza. A rachas, como el cierzo que azota sus calles y sacude las almas de quienes caminan por la ciudad.

«Recordé en mi descargo que, sin el concurso de casualidades e imponderables, yo no hubiera podido hacer nada. Las piezas se situaron sobre el tablero antes de que yo empezara a jugar con ellas»

El lector podrá comprobar con la protagonista (una misma voz en la que confluyen narrador y personaje) que la fuerza de la casualidad y del destino no elimina nuestra capacidad de decidir sobre aquello que nos sucede, y, aun sin tener buenas cartas, nos permite conseguir grandes jugadas. Porque estas pequeñas historias, en realidad, no lo son tanto, y, pasadas por el tamiz de un irónico, socarrón y testarudo sentido del humor, se pueden convertir en algo muy distinto: en algo divertido, importante y, por qué no, en algo que cambie para siempre nuestras vidas.

El azar es solo una parte es una novela optimista que nos hace ver que cada día, cada momento, pueden ser brillantes y únicos. Solo hay que saber cómo mirar.